Las navidades han quedado atrás y la realidad del mes de enero estalla con toda su crudeza: el espejo te devuelve una figura con una talla más que antes de las fiestas y la conocida sensación de abotargamiento y falta de energía te persigue.
Después de las fiestas navideñas necesitas urgentemente una agenda de menús y rutinas que te ayuden a limpiar tu organismo de los excesos acumulados, te devuelvan el lustre perdido y te rescaten del cansancio y de los kilos de más. Para conseguir tu objetivo, no es suficiente con una simple dieta adelgazante. Este plan requiere actuar en todos los estragos que han causado los excesos: alimentación, hidratación, descanso, actividad física, cuidados corporales, incluso estado mental.
ALIMENTACIÓN
• Toma muchas frutas y verduras frescas, crudas o poco cocinadas, y busca el máximo de color: el verde intenso de las espinacas; el rojo de los pimientos y los tomates; el morado de las remolachas y arándanos; el naranja de la calabaza, las zanahorias y el mango… Escoge también los sabores fuertes: ajo, cebolla, puerro…Estos alimentos contienen un cóctel de antioxidantes, minerales , antibióticos naturales y fitoquímicos protectores
• Da sabor a los platos con hierbas y especias como la cúrcuma (presente en el curry, la cayena, el ajo, las cebollas, el eneldo, las semillas de alcaravea, el romero)…que protegen el hígado.
• Busca fibra en las legumbres y en el pan, el arroz, la pasta y los cereales integrales, para estimular los movimientos intestinales y eliminar los desechos.
• Reduce el consumo de harinas refinadas y azúcares, que aportan pocos nutrientes y provocan alto índice glucémico.
• Evita las grasas trans, identificadas en las etiquetas como «grasas vegetales parcialmente hidrogenadas» y presentes en la bollería industrial y otros productos procesados. También reduce al mínimo el consumo de grasas saturadas (animales).
• Cocina con aceite de oliva virgen y evita los fritos y rebozados, ya que la fritura oxida los aceites y duplica las calorías.
• Siempre que te sea posible, incluye en tu cesta de la compra productos orgánicos porque contienen más nutrientes y menos pesticidas.
• Prefiere siempre los alimentos frescos a los procesados. Excepción: las verduras congeladas.
• No fumes: el tabaco «come» los antioxidantes de la dieta.
HIDRATACIÓN
• Comienza el día con un vaso de agua templada con un poco de zumo de limón.
• Bebe otros siete vasos de agua al día.
• El té verde está repleto de antioxidantes, estimula las defensas y contiene menos estimulantes que el café.
• Infusiones como el diente de león, la manzanilla, la menta, la hierba luisa, el jengibre, el romero y el hinojo ayudan a eliminar toxinas.
• Evita o reduce el café. Si no puedes privarte, quédate sólo con el del desayuno y/o el de después de comer. Luego toma infusiones o sucedáneos de café, como la achicoria de toda la vida, que ayuda a la digestión, tiene efecto diurético y previene disfunciones hepáticas.
• Reduce al mínimo el consumo de alcohol: el máximo permitido es una copa de vino al día. El alcohol «roba» nutrientes al organismo y está repleto de calorías.
DESCANSO
• Duerme al menos siete horas al día y mantén horarios regulares de sueño/ vigilia y de comidas.
• Combate el estrés con paseos diarios, preferentemente por la mañana y por la tarde, antes de anochecer. Dormirás mucho mejor y mantendrás a raya a la depresión invernal.