Consejos para hidratar tu piel

La piel necesita hidratación por dentro y por fuera. Mantener los niveles de agua es una prioridad para lograr una piel hidratada.

Beber abundante agua, practicar ejercicio y llevar una alimentación adecuada mediante la ingesta de abundantes frutas y verduras ya sabemos que son los pilares fundamentales para mantener nuestra piel joven, pero también podemos contar con la ayuda de cremas y aceites, eso sí, que sean de calidad y con ingredientes naturales para no acabar perjudicándola.

A continuación vamos a compartir varios consejos sobre la forma en la que debemos aplicar esas cremas o aceites, cosa que aunque parezca que carece de importancia, puede conseguir que consiga mejores resultados.

¿Cómo conseguir que los efectos de la aplicación de la crema se prolongue por más tiempo?

– Aprovecha a darte el aceite o la crema justo después de tomar un baño o cuando tu piel tenga los poros abiertos para que la absorción sea mayor y la piel esté ligeramente húmeda.

– Intenta que los movimientos al aplicarla sean en sentido ascendente, de abajo hacia arriba. No renuncies a efectuar un masaje sobre tu cuerpo y recuerda hacerlo en contra de la gravedad. Si lo haces día a día, notarás sus efectos.

– Si no eres de las personas que se cuidan demasiado y tu piel está muy reseca, intenta usar un aceite más intensivo y con una fórmula un poco más especial con aceites esenciales y nutritivos que no dejen tu piel pegajosa pero sí fresca y como si acabases de ponértela.

– Todos los tipos de piel se deshidratan, es decir, pierden la capacidad de retener agua en la capa córnea. El problema es mayor, lógicamente, en la piel seca, en la que además, hay un déficit o una pérdida mayor de elementos grasos, lo que contribuye a aumentar el desecamiento y los síntomas.

– Hidrata también tu piel si tienes la piel grasa. Busca una hidratante que reduzca la cantidad de sebo que produce la piel. Si la piel grasa no se cuida, se vuelve sensible, reactiva y acabará envejeciendo tal vez más tarde pero de forma más intensa.

– Por último ¿Cómo reconocemos una piel deshidratada?

Leonor Prieto, directora científica de La Roche-Posay, apunta que “todas las pieles se deshidratan”, pero los síntomas cambian en función del tipo de piel:
-Si es seca, observamos tirantez y una descamación fina y difusa en la zona de los pómulos.
-Si es grasa, la descamación es más evidente y se sitúa en la zona del nacimiento de las cejas y las aletas de la nariz. El brillo solo nos da una medida de la grasa, no de la hidratación.

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